Hola... ya han pasado dos semanas desde mi anterior entrada, pero fue tanta la vorágine futbolística que me vi desbordado por los acontecimientos. A pesar de ello, parece ser que lo único importante que ocurrió en el fútbol patrio, fue la sustitución de Cristiano Ronaldo... No voy a darle tres cuartos al pregonero. Todas las opiniones tienen su punto de razón: a nadie le gusta ser sustituido; el entrenador es el que manda; los compañeros pueden sentirse molestos; hay que dosificar esfuerzos... etc. Lo que no tiene ni un sólo punto de razón, ni de lógica, es que durante varios días algunos medios de comunicación deportivos no hablasen de otra cosa.
En la liga, fiebre amarilla para el Real Madrid, que ha propiaciado el achatamiento en la cabeza de la tabla. Por cierto, ¡ojo al dato! -que diría García-: ¡dos entrenadores cesados ya! No puedo entender como alguien se puede cargar a una persona que apenas lleva mes y medio dirigiendo un equipo. Nos quedaremos con el desagradecimiento de la afición Ché a un técnico que, hace apenas unos meses, les ha sacado las castañas del fuego. Por otro lado, siento enormemente la destitución de Jémez. Para mí, un crack.
Con respecto al Celta, fue dejar de escribir y comenzar a sumar puntos. Espero no ser tildado de gafe por alguno. En Pamplona, sólo vi el primer tiempo. Me gustó, pero se perdonó en exceso y se sigue sin tirar a gol. Contra el Sporting y el Español, se nos apareció la Virgen. Sin merecer perder, incluso mereciendo ganar contra los astures, se ganaron dos partidos de una forma un tanto extraña. Lo del Gijón, con un penalti riguroso -vamos, de esos que, si te los pitan a favor los ves claros o comprensibles, en cambio, si te los pitan en contra, tienes la sensación de que te han robado vilmente-. Es increíble, como tras marcar el primero, en un balón bombeado, nos la lían.
Contra los Pericos, cuando peor estaba el asunto, marcamos dos golazos en dos minutos. Lo malo de estas cosas, siempre es la cara que se te queda. Lo mejor, es que son siete puntos que te sacan del infierno. Lo peor... que sigo sin ver al equipo con las ideas claras. Tenemos un problema en el medio del campo, donde no están bien los jugadores habituales -y al parecer Pape no cuenta para Berizzo- y donde sigue faltando un 10, solución que tenemos en el vestuario: Iago Aspas es el diez que el Celta está buscando. Era su posición habitual, tiene una gran visión de juego y una enorme facilidad para filtrar pases al hueco, además de su llegada ya conocida. Con Rossi buscando la espalda de la defensa o Guidetti abriendo huecos, Iago puede salirse. Si alguien conoce al Toto, que se lo comente. Por cierto, viendo en Cornellá a Diego López imponerse con tanta facilidad en los balones aéreos y sabiendo que estaba encantado de poder recalar en Vigo, me pregunto ¿en qué estaba pensando la secretaría técnica del club?
El domingo viene el Barça... o nos ponemos las pilas... o nos las ponen.
FÚTBOL EUROPEO.
Lamentablemente, me fue imposible ver el Borussia-Real Madrid. Según dice, partidazo. Si a los amarillos de Dortmund no les desvalijan la plantilla, hay ahí un candidato a todo en dos o tres años. Sí pude ver, aún sabiendo lo que iba a pasar -me llamaban el profeta-, el Atlético-Bayern. Me sigo ratificando en que este Bayern es el peor de los últimos años. Ganará títulos locales, pero en Europa, o cambia mucho, o dudo que pase de cuartos de final. Un equipo ramplón, sin patrón de juego, más lento que el orgasmo de un dolmen y donde hay varios jugadores que están ya para excursiones del inserso o equipos de las ligas norteamericana, qatarí o china. Eso sí, para el carabolla de Carletto, son intocables mientras una serie de chavales con mucho presente y futuro se pudren en el banquillo: Kimmich, Renato o Coman, relegados mientras vemos pasear sus miserias a Xabi Alonso o Ribery. Me pregunto quién será el enemigo infiltrado en el cuerpo técnico del Bayern, para fichar entrenadores, porque hemos pasado de tener un equipo contundente, ganador y con buen fútbol hace cuatro/cinco años (dirigido por Heynckes), a un equipo que jugaba a lo ancho y en Europa no se comió nada (dirigido por el cerebro de Sant Pedor) y finalizar en lo que estoy viendo esta temporada: el equipo de fútbol más parecido al ejército de Pancho Villa. Nos van a dar hasta en el paladar. Si no, allá por abril o mayo os lo recordaré.
Ancelotti es un entrenador tipo Del Bosque: un gran gestor de "recursos humanos" dentro de un vestuario. Dicho así puede resultar peyorativo, pero para mí no lo es. Es más, creo que es muy difícil hacer eso en algunos equipos. Y a los resultados me remito. Ambos han ganado títulos importantes y de relumbrón. Unos currículums muy buenos. Eso sí, cada vez que tenían que tomar una decisión técnico-táctica... mejor no hablar. Recordemos, como muestra, el paso de Del Bosque por el fútbol griego, creo recordar que en el Besiktas.
El Atlético en su línea competitiva. Es una lástima que cuando lleguen a una finalísima o similar, su entrenador la cague de manera sistemática. Es evidente que lo de jugar finales le viene grande.
Y el jueves, nuevo milagro mariano en Balaídos... Tres jugadas claves: la doble parada de Sergio en la primera parte y tras el 1-0 y el penalti de libro, con expulsión aparejada, que le guindaron a los griegos. Si no es por eso, hoy salimos escaldados en el regreso a Vigo de las competiciones europeas. Estamos teniendo la gran suerte de dar con equipos muy flojos, porque si nos pilla alguno de medio pelo, nos vapulea.
No entiendo como tras el experimento fallido de Lieja, Berizzo insiste en regalar el medio del campo a los rivales, cuando sabes que son equipos que te van a plantar la batalla ahí. Dos centrocampistas y dos exteriores, los cuales, hoy, tuvieron un día para olvidar. Naranjo y Señé, ni desbordaron, ni defendieron -el lateral de Naranjo entró por banda todo lo que quiso y más-, ni siquiera le echaron bemoles al asunto, cosa que es lo mínimo que se les puede pedir. Ello trajo como resultado un equipo muy largo y separado entre líneas, con pelotazos constantes arriba, cosa que los griegos defendieron sin problema. Me pregunto que le hizo Pape al Toto, pero me huele un nuevo caso tipo David Costas. Porque si teniendo acumulación de partidos, y algunos de ellos muy físicos, no le das minutos al chaval... no sé cuando va a jugar. Después, en defensa, nos pillaban una y otra vez en las patatas y, sin hacer casi nada, generaron un buen número de llegadas. Ahí quedó claro que es un equipo con muchas carencias porque, insisto, uno medianamente bueno, hoy nos pinta la cara. Cuando el cerebro de Manhattan del entrenador se dió por aludido y puso tres centrocampistas, cambió el partido. Afortunadamente, nos encontramos con dos goles, el segundo con la colaboración inestimable de Steele, que hicieron que fuera masaje con final feliz, pero, siendo sinceros, no merecimos ganar. Lo mejor, una vez más, el resultado, pero ni siquiera la victoria justifica A Rianxeira. Eso es para las grandes tardes. La de hoy no lo fue.